jueves, 3 de diciembre de 2009

Control de acceso

Estaba yo en el control de acceso, cuando, en de repente, me viene un individuo trajeado, con una cartera y con complementos (léase gafas y reloj) caros.

- Buenas que venía para entrar en la fábrica para una visita.

- ¿Qué va a hacer dentro?

- Voy a realizarle una serie de entrevistas a unos candidatos.

- ¡Ah! Entonces usted viene a trabajar, ¿verdad?

- Hombre, visto así, claro, pero es en una oficina.

- Claro, claro. ¿Me permite el DNI por favor?

- Tenga usted.

Introduzco su número en mi aplicación: nada, menos papeles que una liebre.

- Pues en mi aplicación, llamada S.M.A.R.T. no me aparece nada. Por tanto no puedo dejarle entrar a trabajar.

- Espere usted un momento, que voy a llamar por teléfono.

Al rato aparece un "oficinero" con el "trajeao" y hablan conmigo:

- Oye, que ha habido un error. Este hombre no viene a trabajar, va a las oficinas.

- Sí, va a las oficinas a trabajar.

- Hombre, sí, pero no es un trabajo manual.

- ¿?¿?¿?¿?

- Sí, vamos que no está moviendo cajas, ni nada por el estilo.

- Ya. Pero es un trabajo, ¿no? Pues para eso necesita que aparezca en la aplicación.

- Sí, ya, pero verás. Este hombre viene para un día, y viene de Madrid de la universidad Felipe VIII.

- Yo, sin embargo soy de Sevilla y estoy trabajando aquí.

- Estooo. Bueno, pues pasa como visita.

- No. Este hombre debe pasar como trabajador. Sea para un día o sea para media hora. Gracias.

- Pues en Alcorcón es diferente.

- Pues no se corte y vaya a Alcorcón a hacer las entrevistas.

- ¿Me está usted mandando a Alcorcón?

- Hombre, si allí le van a dejar pasar sin papeles...

- A ver... Este hombre tiene que entrar.

- Pues no se corte y realice las gestiones pertinentes para que aparezca en mi aplicación (SMAAAART).

- Bueno, esto, bueno.

- Venga, buenos días.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Historia de una inscripción en el registro civil

ATENCIÓN, EL SIGUIENTE POST ES VERÍDICO. ES MÁS, ES TOTALMENTE CIERTO.

Estando Babé aún en el hospital, ahí que fui yo muy ufano para el registro civil de Dos Hermanas para inscribir a mi hijo.

Tenía un arma secreta: el papelito que me habían dado en el hospital, y que es "superimportantísimo" (la verdad es que con ese papel se puede hacer casi de todo).

Bien, el caso es que me toca y me atiende una "simpática" funcionaria:

- ¿Para qué vienes?

- Para inscribir a mi hijo.

- ¿Cómo le vas a poner?

- Élessar

- ¿Cómo?

- Espera que te lo escribo.

Lo escribo en un papelito y se lo entrego. La funcionaria se queda mirando el papelito como quien está viendo un plato de gambas al ajillo sazonado con nocilla.

- ¿Esto de donde viene?

- Es quenya.

- ¿Lo qué?

- Que es de El Señor de los Anillos, vamos.

- ¿Y qué significa?

- Piedra élfica.

- Tengo que ir a preguntar. No sé si la jueza te va a dejar ponerle este nombre.

- Pues si no es esta jueza, será otro juez.

*** Explicación ***

Desde que se ha abierto "la mano" para poner nombres "raros", salió la ley de que los jueces deben velar para que a los niños no le pongan nombres que sean ofensivos (Gilipollas González Marín o Imbécil Guerra Ramirez, son nombres que ofenden) o que sean despectivos (Caca Arguiñano Ezquerro o Mojón Zapatero Iniesta, por poner un ejemplo).

Eso sí, como sé cómo va esto de la justicia, también sabía que si una juez no me deja ponerle un nombre a mi hijo, pues me voy a otro, y a otro, y a otro hasta que dé con uno que me deje.

*** Fin de la explicación ***

La funcionaria se va y al rato vuelve.

- Que la jueza te deja.

- Mira tú qué bien... Y además quiero los apellidos cambiados.

- ¿Cómo?

- Que quiero que tenga el primer apellido de mi mujer y el segundo el mío.

- Tengo que ir...

- Ve, ve. No te cortes.

Al poco vuelve de nuevo.

- Que sí, que también te deja.

- Miel sobre ojuelas.

- Relléname este documento.

- Voooy.

Cuando termino de rellenar el papel con la dirección de los padres se lo paso. Ella comienza a escribir, pero se para en seco y me pregunta.

- ¿La madre vive en un sitio diferente al padre?

- ¡Claro! Es la moda. ¿No lo sabías?

La funcionaria baja la cabeza, termina de escribir a ordenador, me pasa el documento para que lo firme y me voy con mi copia tan campante.

Ese día seguro que tuvo mucho de qué hablar con sus amistades.