martes, 24 de mayo de 2011

Mi experiencia como vocal en las elecciones

Pues sí, me tocó.

Hace unas semanas mi mujer me dijo que había llegado una carta y ¡qué suerte!, me tocó ser vocal en una mesa electoral. Tócate los cojones.

En fin, allá que pido permiso en el cole (dan 5 horas libres el día después de las elecciones en el trabajo), que me conceden sin ningún tipo de pegas.

Vale, ahí estoy yo a las 8:00 de la mañana, con una camiseta negra, calzonas y zapatos.

¿Así has venido a las elecciones?

Sí, no pone nada que no puedas ir en calzonas a ser vocal. Y si no quieren que me echen (no cayó la breva).

Empiezan a nombrar a gente para hacer las mesas. En la primera no se presentó NADIE. Allá que estaba la policía nacional dándo los nombres para ir a por ellos a su casa, jejeje.

Me nombran, y después de un laberinto de pasillos llegamos al sitio donde se va formar la mesa. Nos presentamos la presindenta, el segundo vocal (yo) y los suplentes de los vocales. El suplente del primer vocal se tiene que quedar (al no asistir el principal) y yo le pregunto a mi suplente si se quiere quedar él. Nones. Por poco.

Pues ahí que nos sentamos y la presidenta que abre un sobre y empieza a sacar, lápices, bolígrafos, reglas, blocs y la lista de los que nos tocaba ahí.

Yo me hice con el listado de los censados (seicientos y pico). Subrayamos los que ponía que no podían votar (estaban en otras mesas electorales) y nos entregaron también los votos por correo.

Al rato viene una apoderada para pagarnos. La única alegría del día: sesenta y pocos euros. Pero, ¿no podrían escoger una lista de voluntarios para que necesite ese dinero? Yo lo habría dado con gusto al que me hubiera sustituido.

Ya estamos preparados.

Éramos dos vocales (masculinos), la presidenta de mesa y una interventora del PSOE.

Abren las puertas.

La primera en votar, una vieja.

De vez en cuando aparecían apoderados. Para darnos una vueltecita. La verdad es que estábamos bastante alejados de las urnas "con movida" (en el gimnasio no sé si había 4 o 5 mesas electorales con mamoneo).

Viene a votar mi amigo Marín, y resulta que conoce a toda la mesa (qué raro). A esto que entran 2 apoderadas divinas de la muerte del PP. Marín que dice a voz en grito: "¿A que me cambio de partido?". Las chicas se coscan y se van a seguir dando vueltecitas (¿para qué miran al techo?).

Llegó una apoderada de IU (muy mona ella también) y le pide a la presidenta no sé qué papeles (yo ya estaba en modo ahorro de energía). Y comienza una discusión del tipo:

- ¿No te fías de mí?
-No es que no me fíe, si no que quiero preguntar a alguien que sepa más si te tengo que dar ese papel
- O sea, que no te fías de mí.

Y así un buen rato. Si me hubieran preguntado a mí, le abría dicho que, efectivamente no me fiaba ni de ella ni de ningún político.

¿Desayunamos?

Hostia, pues de puta madre. 1/2 hora para cada miembro de la mesa electoral. Tecleo en el móvil "Chiqui, vente que vamos a desayunar cerca del colegio electoral". Desayunamos en "San Rafael" y vuelta al "duro" trabajo.

Hora punta de por la mañana: de 12:00 a 13:00.

¿Una horita para comer? Pues sí, mire usted. Después me enteré que en otras mesas electorales no les dejaban (casi) ni levantarse para ir a miccionar.

Hora punta de por la tarde: de 18:30 a 19:30.

Se cierra el colegio electoral. Y procedemos a votar. Yo el último. Cojo una papeleta (no recuerdo si era de "Democracia y Libertad" o de algún partido similar). Rompo la papeleta y la meto en el sobre. Mis compis que me miran. Cuando voy a meter la papeleta, empieza a espachurrarla porque no la meto bien. El sobre acabó más arrugado que un higo. Al final lo metí.

- Así sé cual es mi papeleta, jajaja.

Recuento y no hubo muchas sorpresas. PSOE bastantes votos (aunque después vi en casa que no han arrollado como otras veces), segunda fuerza política el PP, algunos votos en blanco (creo que 8 o 9) y tres votos nulos, uno de ellos el mío, otro porque metió dentro un voto del PP y otro del PSOE y el último uno que puso con un rotulador en la papeleta: "No creo en los políticos, creo en los jóvenes".

Se van todos y a mi me dejan con el sobre para que se lo lleve la de correos. Cuando la de correos ve el sobre me dice que "en este sobre faltan 3 firmas: el interventor delante, y dos más en la parte de atrás".

Y mis compañeros que se fueron hace 15 minutos.

Te cagas.

Me voy corriendo y me meto en una clase en la que ví un rotulador. Firmo como interventor y lo que sea. No me voy a quedar aquí hasta las 2 de la mañana buscando a mis compañeros de mesa. Ni de coña.

- Aquí lo tienes.
- ¿Aún estaban aquí?
- Claaaaaroooo

En fin, espero que no me vuelva a tocar en la vida. Esto es un coñazo.

1 Personas humana han comentado:

Manolo Lay dijo...

jaja, bueno, conozco a la "apoderada" de Izquierda Unida y, aunque no te fíes de nadie de ningún partido, de ella sí podrías fiarte... aunque nunca en unas elecciones municipales ;-))