Mi historia con el baile

Ayer estaba yo eufórico y no he podido escribir bien sobre mi gusto por el baile. Comenzaré por el principio.

Vivo en una zona (Sevilla) en el que lo típico es el "flamenquito". Era lógico que lo primero que aprendí a bailar fueran sevillanas. Mi "técnica" no es en absoluto ortodoxa, es más bien una mezcla de cosas que cogí de uno y de otros viendo bailar en la feria de Dos Hermanas. Al final puedo decir que me defiendo bastante bien bailando en comparación con el resto de los "machos" sevillanos que no saben mover los brazos y las piernas las mueven como patos artríticos. No me estoy poniendo bien... Es que parece que "los hombres" no deben aprender a bailar (ya sea sevillanas o lo que sea), en contraposición con lo que me gusta bailar a mi.
Poco después comencé a ver bailar por la tele (programa Aplauso, Gente joven, etc...). Comencé a grabar cintas de música de los 40 criminales y a moverme "más o menos" como veía en la tele.

Me gustaba como se movían en general los negros (hoy en día llamados "gentes de color", de color negro, claro) y consideraba que los blancos éramos torpes, así que tomé como modelo a los negros que salían por la tele bailando: grupos como Bonney M o los Jackson five eran mis referentes. Posteriormente Michael Jackson fue el mejor para mi gusto a lo que baile se refiere e intentaba imitar algunos de sus movimientos (nada de pederastia, gracias).
Y llegamos a segundo de B.U.P. En aquella época lo que "flipaba" era el "Break dance". Lo poco que salía por la tele lo grabámos en video y lo veíamos hasta que lo "captábamos" (captao, lo he captao...).
Recuerdo un clase de literatura, mi amigo Verdejo y yo que estábamos sentados al final de la clase haciendo movimientos de brazos y de manos para Break (teníamos un grupo malísimo de baile) y la profesora mirándonos sin decir nada y nosotros pasando de ella, porque era más importante los movimientos que sus explicaciones sobre... bueno, sobre lo que fuera que estaba explicando.

Los movimientos de suelo nunca fueron mi fuerte y nunca conseguí hacer el molino americano, pero sí alguna que otra cosita. Lo mío era los movimientos y pasos estando de pie.

Y llegamos a la universidad, y una de las asignaturas era "danza". Ya casi había olvidado lo bien que me sentía moviéndome al compás y fue como un reencuentro. Pero después de eso, de nuevo volvió el silencio.

Si, "bailaba" alguna que otra vez en alguna que otra discoteca, pero ahí no se podía bailar como yo quería... Ahí te dejas llevar por la masa.
Y ayer volví a moverme al compás bailando salsa (una de las cosas que hicimos en la universidad) y las sensaciones son estupendas.
Uno, dos, tres... cinco, seis, siete...

Genial.