Estaba yo el otro día comiéndome unas tostadas con mantequilla, cuando reparé en un tipo que con cara pintada de rojo, cuernos, rabo y tridente estaba al lado mía tomándose un carajillo y un coñac (todo rebujado).
- Buenas, me recuerda usted a alguien –le dije.
- Eso lo ocurre a casi todos, es que soy el demonio.
Mi corazón dio un vuelco. ¡Qué notición! El demonio, al lado mía desayunando (bueno, más o menos).
- ¿Disculpe, le molestaría que le hiciera una entrevista? Es que estoy seguro de que en mi blog quedaría de puta madre una entrevista a su persona.
- Claro, no hay problema. Tengo todo el tiempo del mundo hasta el fin de los tiempos.
- Muy bien... Hmm... Joder, con una personalidad como la suya y resulta que ahora no se me ocurre qué preguntarle.
- No se preocupe que ya verá cómo las preguntas afloran poco a poco.
- Vale, ya sé. Primera pregunta: ¿Existe Dios?
- Anda que vaya pregunta... Es como si preguntases a MAC si existe Windows.
- Joder, tiene usted razón. Otra pregunta. ¿Cómo es el infierno?
- ¿El infierno? Esa pregunta sí que es buena. En realidad no existe un cielo o un infierno: lo que existe es un lugar donde van todas las almas y en el que todas se llevan bien en amor y buen rollito.
- ¿Entonces si alguien muy pecador muere, va junto con Teresa de Calcuta?
- Claro, y junto con Lady Di.
- Pero entonces da igual ser bueno o malo, ¿no?
- Hombre, hay una sutil diferencia: si te jode llevarte bien con los demás y que los demás sean buenos hasta grados infinitos, cuando te mueres y te ves rodeado de gente así, pues es como si fuera tu infierno particular.
- Entonces, ¿existe el infierno?
- Bueno, si quieres verlo así: existe un infierno particular.
- Bueno otra cosa. ¿Qué me dices de los pecados capitales?
- Uy, no me gustó el final de Seven. Brad Pitt llorando como una maricona me pareció de lo más insustancial y prosaico.
- Estoooo, creo que la palabra prosaico no viene al cuento en esa frase.
- No me vayas a contradecir ahora que te meto una legión de diablos en el cuerpo como sigas así, ¿eh?
- Disculpe usted. Siguiente pregunta. Esta pregunta se lo han estado haciendo durante muchísimo tiempo los judíos, católicos y musulmanes. ¿Por qué entregaste una manzana? ¿Bill gates te pagó para que fuera ese fruto?
- Ya estamos otra vez con la maldita manzana de los cojones. A ver. Que en ninguna parte de la Torah ni de la Biblia pone que fuera una manzana. Eso fue “obra” de algunos pintores del renacimiento, que tenían que poner algún fruto y tomaron la manzana como tal.
- ¿... y Bill Gates...?
- Bueno, algo ha tenido que ver, lo reconozco.
Continuará...
lunes, 24 de diciembre de 2007
Entrevista con el Diablo. Primera parte
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 Personas humana han comentado:
Y no le preguntaste porqué David Linch dejó un final tan confuso para Twin Peaks y si piensa terminar de alguna forma la serie??!!!
¡MOAR!
Publicar un comentario