martes, 28 de abril de 2009

Sensaciones III

Tercera parte de las sensaciones en la "amoto"

Lluvia

El otro día tuve que coger la moto y estaba lloviendo. No pasa nada: me pongo el traje de agua y a tirar millas. Increíble cómo las gotas de agua resbalan en el casco. Me recordó algunos juegos de motos en los que se veía la lluvia a través de la visera.

Lógicamente tuve que ir más despacio. ¿Tardé más? Pues la verdad es que con el atasco que se había formado y yo adelantando por la derecha, es que tarde muchísimo menos que si hubiera ido en coche. Seguro.


Calor en los cojoncillos

Hacía mucho calor y me había metido unos buenos cuantos kilómetros en la "amoto" y empecé a notar calor en las partes bajas (léase huevos, escroto o cojones; lo que el lector quiera). Hace calor, pero coño, no como para notar tanto calor. Después caí. Justo debajo de mis posaderas hay un motor de combustión interna (explosión) y claro, al final eso termina calentándose por el roce de las piezas.


Derrapajes

Imagínate que vas a entrar en una rotonda y ves que el coche más cercano que está en la rotonda pone el intermitente. Pues nada, que va a salir de la rotonda, puedo entrar sin miedo. Pues no. Sigue en la rotonda y yo que tengo que frenar con las dos ruedas en seco. La "amoto" se me fue de la parte de atrás, pero conseguí hacerme con ella. Parecía que lo había hecho a posta. Al final eché el pie a tierra y el coche pasó levantándome la mano (¿pidiendo perdón?). El coche que venía detrás mía movió la mano espasmódicamente (supongo que quería decir que de buena me había librado).

Pues sí

0 Personas humana han comentado: