Tercera parte de las sensaciones en la "amoto"
Lluvia
El otro día tuve que coger la moto y estaba lloviendo. No pasa nada: me pongo el traje de agua y a tirar millas. Increíble cómo las gotas de agua resbalan en el casco. Me recordó algunos juegos de motos en los que se veía la lluvia a través de la visera.
Lógicamente tuve que ir más despacio. ¿Tardé más? Pues la verdad es que con el atasco que se había formado y yo adelantando por la derecha, es que tarde muchísimo menos que si hubiera ido en coche. Seguro.
Calor en los cojoncillos
Hacía mucho calor y me había metido unos buenos cuantos kilómetros en la "amoto" y empecé a notar calor en las partes bajas (léase huevos, escroto o cojones; lo que el lector quiera). Hace calor, pero coño, no como para notar tanto calor. Después caí. Justo debajo de mis posaderas hay un motor de combustión interna (explosión) y claro, al final eso termina calentándose por el roce de las piezas.
Derrapajes
Imagínate que vas a entrar en una rotonda y ves que el coche más cercano que está en la rotonda pone el intermitente. Pues nada, que va a salir de la rotonda, puedo entrar sin miedo. Pues no. Sigue en la rotonda y yo que tengo que frenar con las dos ruedas en seco. La "amoto" se me fue de la parte de atrás, pero conseguí hacerme con ella. Parecía que lo había hecho a posta. Al final eché el pie a tierra y el coche pasó levantándome la mano (¿pidiendo perdón?). El coche que venía detrás mía movió la mano espasmódicamente (supongo que quería decir que de buena me había librado).
Pues sí
martes, 28 de abril de 2009
Sensaciones III
Publicado por Doctor Alban en 12:57
Etiquetas: Amoto, Sensaciones
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