Hay masters hipercalculadores que no dejan ni un detalle al azar. Es curioso ver sus módulos de varios cientos de pátinas, y como quedan reducidos a seres gimoteantes una vez que sus pejotas han destruido tan arduo trabajo.
No hay que confundirlos con los masters-calculadora. En su mente solo hay números y tablas. ¿Argumento? ¿Qué argumento?
Después vendrían los principiantes y los "jolines-si-hoy-tocaba-partida-y-no-he preparado-nada". Los resultados no extrañan a nadie.
Jugador "me-he-leído-un-millón-de-veces-el-libro-de-reglas". Es decir, personajes superpoderosos que acabaran con el supermaloso, que al master le ha costado tres horas crear, en tres rounds.
Jugador "Quiero-una-metralleta". Ellos lo saben. Todos los juegos de juegan igual. ¿Reglas? ¿Qué reglas? Solo decidles los puntos de vida que quita su arma favorita. Ellos harán el resto.
Modelo "No-sé". Personajes apoplejicos y anónimos, imitan de modo sospechoso el comportamiento de los pejotas con más iniciativa. Si no, se sumen en un extraño trance (¿ya sacabao la partida?)
Jugador "Ahora-que-lo-dices-no-sé-que-clase-de-personaje-soy". Les da igual. Según ellos interpretar es una disciplina gimnástica oriental de la que saben más bien poco. Casos como elfos noldor arrasando por placer son frecuentes.
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