Nos fuimos muy ufanos a la estación de autobuses de Sevilla (previa escala en el Moly para desayunar... hay que reponer fuerzas). Y aparqué el coche malamente (pisando un paso de peatones: algo que de vez en cuando, en el otro lado del mundo me daba miedo pensando que igual la grúa se había llevado el coche).
Nos montamos y paramos en Guarromán; parada clásica en los viajes a Madrid en Socibus. Allí, mientras comíamos unos sándwiches, un gorrión descarado y sinvergüenza se posó en el suelo frente a nosotros y piándonos nos "exigía" de comer. Le tiramos algún que otro pedacito de pan y se fue tan contento.
En Madrid teníamos un plan maestro para darle una sorpresa al señor Lobo. En realidad el plan maestro era de Mími.
La parte que nos correspondía del plan: entretener al señor Lobo mientras Mími hacía los preparativos. Así que llamé al Lobo para que nos viniera a recoger. Nos recogió y fuimos a comer al Sushi Tokio
Un orgasmo de sitio. Sushi, sushi y más sushi... Sin límite, porque era buffet libre.
Después fuimos a casa del Lobo, a dejar las maletas. E hicimos un poco de tiempo para ir a un concierto del primo de Lobo.
A continuación venía la sorpresa. Lo llevamos de forma subrepticia hasta lamaripepa
En la parte de abajo, un karaoke para nosotros solos, con barra propia y así estuvimos hasta las 5 de la mañana. Vinieron gentes de Bilbao (Lázaro) y Cataluña (Murphy) por sorpresa. Ahí se le entregaron los regalos y tal al homenajeado.
Volvimos a casa, llamamos a un taxi mientras Lobo y costilla iban a momí. Llegó el taxi, nos fuimos al aeropuerto y montamos en el avión hasta Schipol, Amsterdam para coger el avión que nos llevaría a tokio.
Pero eso es otra actulización. La siguiente.
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