Viaje a Almería

Bueno, pues empezaremos por el principio, que es la mejor manera de empezar las cosas:

Decidimos entre Babé, Roberto, Virginia y yo que era hora de ir a visitar a Gott, que nos había comunicado donde estaba viviendo más o menos así:

- Oye, que he encontrado un pisito en primera línea de playa con piscina y todo. Cuando queráis venir, hacedlo y me hacéis una visita.

Y claro, como nosotros somos "tan buenos amigos", pues dijimos, "¡qué coño!". Además que estar allí en la playa a solas debe ser un coñazo, así que decidimos ir a visitarlo (pero sólo porque somos muy buenas personas/amigos).

Pues nada, después de salir de trabajar a eso de las 14:45, me planto en casa de Babé, almorzamos, recogemos cosillas y dejamos a Alejandro en casa de sus abuelos. Todo esto nos demoró "algo", pero bien está lo que bien acaba.

Llegamos a casa de Roberto. Nos abre y resulta que se habían quedado sopa (una siesta de una hora). Bueno, eso está bien. A fin de cuentas, Roberto era quien iba a conducir.

Ya en el coche hice experimentos de ver si me podía conectar a internet a través del móvil. Hay momentos en que la conexión es muy buena (Sevilla, Málaga), pero por Almería me caí más que un trípode de dos patas y al final desistí... Aunque total, ya estábamos en Almería.

Llegamos ya anochecido, y nos metimos en el piso, que es es-pec-ta-cu-lar... (desgraciadamente no hay fotos del piso. Se nos olvidaron hacerlas. Jo).

Bueno, pues nos levantamos y a la playita. Y (ahora sí) con reportaje fotográfico.

En esta foto se puede apreciar la "cantidad" de gente que deambula por la playa. Dios santo, si no hay nadie. Podías plantar la sombrilla donde te diera la gana, que la verdad es que no molestabas a nadie. Eso fue uno de los descubrimientos más agradables del sitio, la ausencia de personas (incluso en Agosto).

Detalle de Gotito (latin lover hiper-petado, según él) y Roberto. Lo que hay entre ambos es una especie de cucurucho que el ayuntamiento repartió para que la gente no tirara las colillas a la arena. En este caso se usó para no tirar las cáscaras de pistachos a la misma.

Detalle de la arena y la rojez de Roberto.

Foto moña. ¿Qué sería de este blog sin fotos moñas? ¿Ein? Pues que no sería este blog, claro, sería el de un latin lover hiper-petado (gotito, a ver cuando haces un blog tú, maricona).

Una foto que me salió de cojones, tanto en la actitud de los integrantes como en que se ve romper el agua allí. Me encata esta foto, oh sí.

Aquí yo haciendo fotos para ver si se caían y hacer una buena instantánea. Al final no pudo ser. Cachis.

Como ya dije, había piscina en la urbanización. Nuestra rutina era: playa, piscina, comer... La verdad es que nos salió de cojones la cosa. Un magnífico fin de semana. Por cierto, yo aquí intentando emular a Mike Spitz (y no consiguiéndolo).

Gran foto esta, oh sí.

Esta foto está aquí para que todas las "perrillas" que lean este blog vean lo hiper-petado que está este latin lover. No estaba posando. De veras. Que no.

Foto demostrativa de la "cantidad" de personal que tenía la piscina.

Foto moña número dos de esta actualización.

Foto en la que se ve al grupo de espaldas (ya sabéis que me encanta) y la cantidad de gente que había (al fondo se ve a alguna).

La misma, pero desde otro plano.

Las salidas nocturnas (pizzería, el gotito haciendo de guía y perdiéndonos, y la feria mediaval que había por allí) no las comento porque no hay fotos. Pero bueno. Al igual que tampoco comentaré cuando nos echaron una bulla por estar hablando muy fuerte en el balcón a las dos de la madrugada y un vecino gritó eso de "¡que los niños estás durmiendo!". Je, los niños. "¡Que los niños están de vacaciones!" deberíamos haberle respondido, pero como somos buenas personas, pedí perdón (yo) y seguimos hablando más bajito, tomando alcohol (oh sí) y fumando cachimba (bueno, esto solo 3 de nosotros).

Creo que esta actualización merece algún comentario, ¿no? (que me la he currado, cabrones).