Parecidos o semejanzas

Estamos Babé y yo en la planta primera del centro de especialidades, en dirección a ginecología.

De pronto una morena me mira muy fijo y me dice estando sentada:

- ¿Qué? ¿Que no te acuerdas de mi?

- ¿?

La morena se levanta y se dirige hacia donde yo estoy.

- ¡Pero vamos! ¿Es que ni siquiera me vas a saludar?

Yo en ese momento empiezo a tirar de agenda memorística para intentar recordar quién es esta chica. No tengo ni la más remota idea. ¿Tan borracho iba aquel día que no sé quién cojones es?

- Estoooo. Perdona pero creo que te estás confundiendo.

- ¿Cómo que confundiendo? ¿No trabajaste tú en un instituto en Arahal vendiendo productos de limpieza?

- No.

- ¿No?

- No, seguro. De veras que tiene que haber un tío igual que yo por ahí pululando.

- Uy, pues vaya corte. Lo siento.

- No, no pasa nada. ¿Y dices que trabaja en un instituto?

- Bueno, en realidad vino a enseñarnos un producto para echarle a las mopas. Trabaja en una empresa de limpieza. Tiene una niña pequeña.

- Pues te puedo confirmar al 100% que no soy yo.

- Bueno, pues nada, disculpa.

- No, no pasa nada.

Reemprendemos el paso y Babé me dice:

- ¿Qué? ¿Ya ni te acuerdas de tus antiguos ligues?

- Jejeje, ¡Qué graciosa! A ver si al final mi padre no va a ser tan fiel a mi madre como yo pensaba.

Es increíble esto: un tío que es igual de feo que yo. Además clavao (según esta chica).