Cosas que no soporto I

Después de un tocamiento de pelotas gordo, he creído oportuno realizar este post. Es más que nada para desahogarme (catártico, que dirían los pedantes... ese soy yo). Vamos allá.

1) Las viejas que se cuelan en las filas.

Uno está haciendo cola tan tranquilo y llegan o bien una vieja haciéndose la tonta o dos viejas charlando y dirigiéndose al principio de la cola.

Ante esto hay dos reacciones.

a) Las miras mal, y ellas pasan de tus miradas, realizan lo que tienen que hacer y salen igual de alegres que llegaron

b) (La mía) Les llamas la atención... Pero nada de: "oiga, oiga". No. "¡¡¡OIGA, OIGA!!! ¿¿¿PERO SE PUEDE SABER QUÉ ESTÁ(N) USTED(ES) HACIENDO???". Jejeje, se quieren esconder debajo de una piedra. Y si salen respondonas, mucho mejor... Por que así puedes describir con pelos y señales lo que han hecho.

2) La gente que te dice "amigo" cuando quiere algo.

Yo no sé qué tipos de "amigos" tendrán estos, pero yo no soy uno de ellos. Gracias. A estos les suelo responder también con "amigo", enfatizándolo, después de cada frase o incluso en medio... A veces incluso dos en la misma frase. Por corta que sea. Un ejemplo:

- ¿Tienes por ahí un par de clips, amigo?

- No, amigo. Los clips, amigo, los tengo contados, amigo. Y mi jefe, amigo, les tiene un cariño especial a mis clips, amigo.

3) La gente que te pide un favor, pero que en realidad se lo estás haciendo tú a ellos.

Muy relacionado a veces con el anterior.

Ring, ring, ring.

- ¿Dígame?

- Dr. Alban, mira, ¿qué tal te viene que te cambie tu sábado por mi domingo?

- Pos bueno, pos fale, pos m'alegro. No me importa.

(Hasta aquí normal... Pero ahora viene la engañifa)

- Además, así tienes más tiempo libre, porque si haces el sábado tienes que empalmar casi una noche con una mañana y es mejor para ti.

- Uy, si es por eso, no te preocupes. Yo prefiero empalmar, para así tener más tiempo libre el sábado y el domingo. O sea, que si lo haces por mi, no lo hagas. A mi me viene mejor tal y como estamos ahora. Pero vamos, que si TÚ (recalcando) necesitas este favor, no te preocupes que yo te lo hago como buen compañero (no utilizar la palabra amigo, que si no sería cinismo) que soy.

- Err... Vale... Er...

- ¿Qué se dice? (con sorna)

- Ah, que gracias compañero.

- De nada, a mandar.


4) Los hermenautas de andar por casa.

Mierda, ya lo he hecho otra vez... Quería decir "los interpretadores de tus frases". Es decir, si yo te digo "no quiero comer más, estoy lleno", mamá no me interpretes "estaba mala la comida". Y por supuesto no me traigas más viandas. Si digo que estoy lleno, pues eso, estoy lleno.



5) Las llamadas para venderte algo sin tú haber pedido nada.

Ring, ring, ring...

- ¿Diga?

- Buenos días, somos del club del coleccionista y estamos REGALANDO un (póngase aquí cualquier gilipollez como una jarra con filtro o un colgante), lo único que tiene usted que pagar son 10€ de gastos de envío. Le llamo para preguntarle a qué hora se lo llevamos, si por la tarde o por la noche.

Increíble técnica de venta en la que no te dejan poner objecciones y que la única libertad que te dan es saber a qué hora vienen a sangrarte esos 10€.

- Uy, pues os podéis ahorrar el viaje. No lo queremos.

- ¡Pero si es gratis!

- Pero hay que pagar 10€.

- ¡Claro! Los gastos de envío.

- ¡Que no quiero perder 10€, cojones ya!

- No hace falta ponerse así, caballero, que yo lo estoy hablando por teléfono con mucha educación.

- Es lo que tiene que llames a una casa sin saber a quién llamas. Eso no me pasa a mi, porque no vendo cosas a "teléfono frío", ya ves.




Bueno, otro día que se me ocurran más cosas seguiré despotricando sobre las cosas que no soporto. Un saludo.